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Conoce tu clientela y elimina barreras potenciando tu negocio con Behavioral Design

21 noviembre 2022

Últimamente se habla muchísimo del Behavioral Design. No es algo nuevo, lleva existiendo desde los años 70, pero a veces abres un cajón y en el fondo hay algo que tenías y de lo que no te acordabas… y que puedes utilizar de nuevo.

Seguro que todas y todos los que nos dedicamos al diseño web hemos usado o usamos elementos de diseño comportamental o Behavioral Design. ¿Pero lo usamos con conocimiento o de forma instintiva?. A veces lo tenemos tan interiorizado que lo hacemos sin saber necesariamente cómo funcionan las técnicas, o al menos sin pensar tanto en ellas. Pero sin duda obtendremos mejores resultados si practicamos el diseño comportamental o Behavioral Design de manera más deliberada y reflexiva.

Donald A. Norman decía que “las cosas se crean para ser utilizadas por las personas”. Sin tener una profunda comprensión de cómo se comportan las personas, tenderemos a hacer cosas defectuosas, difíciles de usar y de comprender.

Una página web debe estar contruida para que la usen las personas, y si comprendemos como se comportan las personas que usan tu sitio, podremos construir una web que persuada, atractiva, fácil de usar y comprender. Si la experiencia es satisfactoria, atractiva, fácil y comprensible convertirá más y tus clientes y clientas querrán volver.

Behavioral Design busca una parte de esa comprensión de la que habla Donald A. Norman, el cómo piensan las personas, cómo se comportan y, por tanto, como toman sus decisiones. Comprender implica abarcar distintos ámbitos y métodos, que combinan tanto aspectos psicológicos, de diseño, tecnológicos y creativos, lo que permite descubrir por qué las personas hacen lo que hacen y ver posibles opciones de activación para persuadir un cambio de comportamiento

Behavioral Design no es percepción, es ciencia; los criterios que se utilizan han sido probados y documentados mediante experimentación y métodos científicos, de ahí que se establezcan como método clave para diseñar experiencias óptimas de productos o servicios.

Vale, pero ¿por qué debemos plantearnos Behavioral Design?

1. Porque los estudios demuestran que entre el 80-95% de las decisiones que toma el cerebro y por tanto, las personas, lo hacen de forma inconsciente, entrando en juego lo emocional.

2. Porque por muy bien que diseñemos nuestras experiencias muchas veces no es suficiente. Siempre hay miedos, incertidumbres y dudas que mitigar, y todos ellos son los mayores killers de los procesos de conversión.

3. Porque si persuadimos y convencemos, captaremos más, mejoraremos nuestro CRO, aumentaremos nuestros ingresos y por tanto, el negocio irá a mejor.

4. Porque cada vez más, empresas referentes en diferentes sectores llevan años invirtiendo en estos métodos:  Netflix, HBO, Spotify, Google, BBVA, IBM, Expedia, Airbnb,, Booking.com… Todos ellosclaros exponentes del uso de estrategias de Behavioral Design.

Behavioral Design debe mucho a Daniel Kahneman. En su libro/ensayo Pensar rápido, pensar despacio, explica como nuestro cerebro tiene dos pensamientos que se contraponen, un sistema rápido, intuitivo y eficiente, y un sistema lento, metódico y que requiere un gran esfuerzo cognitivo.

Los seres humanos está programados biológicamente para ahorrar recursos; pensar requiere esfuerzo, y por tanto necesita recursos. Cada vez que pensamos consumimos más oxígeno. A mayor uso del cerebro y más procesamiento de información, más consumo de oxígeno. El cerebro, en su evolución, para evitar consumir más recursos de los necesarios, ha desarrollado atajos mentales, una forma rápida de pensar. Es ese sistema rápido, intuitivo y eficiente del que habla Kahneman. Estos atajos o sesgos por un lado nos permiten tomar decisiones de forma más ágil, pero por el otro nos hacen caer en errores sistemáticos. Nos hacen extraer conclusiones de forma acelerada y sin esfuerzo, lo que nos puede confundir a la hora de elegir la opción correcta.

Por tanto, persuadir a los usuarios para que tomen decisiones acertadas hace necesario conocer y aplicar Behavioral Design; saber que sesgos impactan en las personas y cómo debemos acometerlos con orden y estructura se antoja fundamental en el diseño de productos y servicios.

¿Sesgos?

Como ya hemos mencionado, actuamos basándonos en aspectos irracionales y predecibles, decisiones “no óptimas”, y donde gran parte de las mismas están influenciadas por nuestros deseos, valores, miedos, prejuicios, pero también por entornos o contextos. Por tanto, gran parte de nuestro trabajo como diseñadores de producto está en persuadir a las personas para evitar la toma de decisiones en base a esos prejuicios cognitivos que tenemos por exceso o por defecto ante determinadas situaciones. Estos sesgos no implican que nuestro cerebro tenga taras o funcione de forma errónea, al contrario, es algo que nos ha ayudado y nos ayuda a tomar decisiones rápidas y que requieren muy poco esfuerzo.

A lo largo de la evolución humana estos sesgos nos han sido útiles, nos han permitido tomar decisiones de forma más rápida, impidiendo la “parálisis por análisis”.

Los sesgos, por tanto, son algo inherente al ser humano y nos acompañan desde nuestros orígenes. Han evolucionado con las personas, independientemente de donde vivan, aunque a veces son tamizados por contextos culturales.

En la actualidad están catalogados más de 200 sesgos. Una vez conocemos estos sesgos / atajos, el siguiente paso consiste en saber cómo aplicarlos. La estrategia a seguir es identificar comportamientos clave que se quieran incentivar en los consumidores/clientes, e identificar también internamente procesos donde se pueda optimizar y generar un gran impacto en el negocio (compra de un producto, un registro, recabar un lead, llamar por teléfono, solicitar una cita…)

Identificado ese comportamiento clave, analizaremos y eliminaremos barreras, tanto a nivel técnico, cultural… pero sobre todo psicológico, es decir, aquellas barreras que afectan a la toma de decisiones de las personas.

A día de hoy, el ser humano no puede analizar ingentes cantidades de datos que hay a nuestro alcance, lo que nos obliga a procesar la información mediante la intuición, la prueba y error, y otros métodos más informales como la heurística.

Sin embargo, esta forma de proceder nos hace predecibles. Si conocemos estos sesgos podemos persuadir. Como diseñadores de experiencias podemos impactar en la marcha del negocio, en la toma decisiones, pero… ¿hasta qué punto podemos llamarle persuasión y no manipulación? Aquí se abre un amplio debate ético donde entra en juego la honestidad del diseñador junto con la visión del negocio y, por tanto, de los valores de las propias compañías.

La persuasión es una de las herramientas que tenemos a nuestro alcance para cambiar ideas, opiniones, pensamiento, comportamientos o acciones de una persona de una forma ética, utilizando estrategias honestas, y donde las decisiones fluyan de forma natural. Si de dos partes involucradas ambas ganan, estaremos haciendo lo correcto.

Sin embargo, si no hacemos lo que debemos, y no se consigue un win win, está claro que perdemos honestidad y entramos en el terreno de la manipulación.

Lo importante es entender que las herramientas o técnicas que tenemos a nuestro alcance y que utilizamos para diseñar un producto o servicio dependerá del uso que les demos. Según como las utilicemos repercutirá irremediablemente en la percepción de nuestra imagen de marca.

En Ilunabar llevamos mucho tiempo haciendo uso de Behavioral Design en nuestros trabajos y ayudando a transformar negocios haciéndolos más eficientes y generando percepciones y experiencias diferenciales.

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